Había una
vez, en Xochicalco, una víbora que era dueña del lugar. La víbora era como
cualquier otra, se arrastraba por el suelo y serpenteaba por los alrededores.
Un día, sin más, le comenzaron a salir plumas de colores desde la cabeza hasta
el final de su enorme cola. En ese momento se convirtió en la serpiente más
hermosa de todas, pero sus plumas no solo eran bellas también eran
mágicas.
Un día, mientras la víbora recorría su reino de
tierra, descubrió a un cazador. El hombre se había enterado de que en
Xochicalco se encontraba la serpiente más bella de todas y, sobretodo, era
mágica. Entonces fue en busca de ella para cazarla y quitarle su lindo plumaje.
Cuando la víbora se enteró de las intenciones del cazador, fue a su encuentro.
Una vez que estuvieron frente a frente, la serpiente sacudió su emplumado
cuerpo y el cazador olvidó su malicia al querer cazarla. Finalmente, el hombre
se convirtió en amigo de la serpiente y le ayudó a proteger Xochicalco de los
cazadores.
Mariana, 9 años
No hay comentarios:
Publicar un comentario